¿Cuáles son los mecanismos de adsorción de micotoxinas y cómo se pueden controlar eficazmente?

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Adsorción de micotoxinas en lechones lactantes

La adsorción de micotoxinas se refiere al paso de estas toxinas fúngicas, presentes en piensos contaminados, a través de la pared intestinal de los animales, con efectos perjudiciales para su salud y rendimiento. Para limitar este fenómeno, la ganadería se basa en una estrategia doble: primero, el uso de aditivos capaces de unirse a las micotoxinas en el tracto digestivo antes de su adsorción y, segundo, la implementación de análisis rigurosos para detectar y cuantificar estos contaminantes. Medir las micotoxinas en el campo (antes de la cosecha) y durante el almacenamiento (después de la cosecha) es esencial para evaluar los riesgos en cada etapa de la cadena de suministro. Comprender los mecanismos de adsorción, identificar las toxinas involucradas y adaptar las medidas preventivas permite garantizar eficazmente la seguridad de los piensos y cumplir con los requisitos reglamentarios.

YesWeLab apoya a los profesionales del sector animal ofreciendo una amplia gama de análisis específicos, realizados por laboratorios de análisis de salud animal , para garantizar la seguridad de los piensos y anticipar cualquier riesgo relacionado con la adsorción de micotoxinas.

Tabla de contenido

Micotoxinas, una amenaza invisible pero omnipresente

Las micotoxinas son compuestos tóxicos producidos naturalmente por hongos microscópicos, principalmente de los géneros Aspergillus , Fusarium y Penicillium . Estos metabolitos secundarios se sintetizan bajo condiciones ambientales específicas, a menudo relacionadas con la humedad, el calor y el almacenamiento inadecuado de los cultivos. Aunque invisibles a simple vista, pueden persistir en los alimentos y materias primas, incluso después del procesamiento, el secado o la cocción.

La contaminación puede producirse en cualquier etapa de la cadena de producción: en las plantas vivas en el campo (antes de la cosecha), durante el almacenamiento (después de la cosecha) o incluso durante el procesamiento industrial. Su ubicuidad dificulta su control, sobre todo porque los efectos de las micotoxinas no se limitan a la toxicidad inmediata. Pueden acumularse en los tejidos animales y terminar en productos de consumo diario (leche, huevos, carne), exponiendo así indirectamente a los consumidores.

Para detectar su presencia, los análisis de laboratorio, como ELISA o la cromatografía líquida de alta resolución acoplada a espectrometría de masas (HPLC-MS), permiten la cuantificación precisa de micotoxinas en materias primas y alimentos terminados. Para obtener más información, consulte nuestro artículo dedicado al análisis de micotoxinas en laboratorio .

Un problema multifacético

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que hasta el 25 % de los alimentos del mundo se contaminan con micotoxinas cada año. Su presencia genera importantes pérdidas económicas en los sectores agroalimentario y ganadero, especialmente en rumiantes, cerdos y aves de corral, donde los efectos en la salud se traducen en una disminución del rendimiento zootécnico, trastornos digestivos e inmunológicos e incluso la mortalidad.

Ante esta amenaza, la normativa europea impone niveles máximos para ciertas micotoxinas en alimentos y piensos (por ejemplo, el Reglamento (CE) n.º 1881/2006 para alimentos destinados al consumo humano). Sin embargo, la diversidad de las micotoxinas, su comportamiento sinérgico y su resistencia a ciertas tecnologías de procesamiento hacen que su gestión sea particularmente compleja.

Actualmente, la adsorción es un método eficaz para limitar su absorción en el sistema digestivo. Antes de analizar esta estrategia en detalle, es fundamental comprender las características químicas y biológicas de las micotoxinas, su origen y los peligros que representan.

Comprender las micotoxinas: naturaleza, fuentes y peligros

Una amplia variedad de moléculas tóxicas

Las micotoxinas son metabolitos secundarios producidos por ciertos mohos, sin función biológica conocida para el propio hongo. Su considerable diversidad química dificulta su detección y neutralización. Se distinguen varias familias principales de micotoxinas, cada una con estructuras químicas, fuentes y efectos biológicos específicos.

Entre las toxinas más comunes se encuentran las aflatoxinas (producidas por Aspergillus flavus y A. parasiticus ), altamente tóxicas y presentes frecuentemente en cereales, cacahuetes y frutas desecadas. La zearalenona (ZEA), sintetizada por Fusarium graminearum , actúa como estrógeno y afecta especialmente al sistema reproductor. El deoxinivalenol (DON), también conocido como vomitoxina, provoca malestar digestivo y pérdida de apetito. Las fumonisinas ( FUM), presentes en el maíz contaminado, afectan al hígado, los riñones y el sistema nervioso. Algunas toxinas específicas, como la patulina presente en productos frutales, requieren análisis de laboratorio hongos Fusarium , se encuentran entre las más tóxicas en la ganadería, particularmente en la avicultura.

Condiciones ambientales propicias a la contaminación

La contaminación de las materias primas con micotoxinas puede ocurrir en diversas etapas de la cadena de producción. A menudo comienza en el campo, durante el crecimiento de las plantas. Las condiciones climáticas desfavorables, como la alta humedad, las temperaturas superiores a 25 °C y las infestaciones parasitarias, facilitan la proliferación de hongos productores de micotoxinas.

Tras la cosecha, una mala gestión del almacenamiento agrava los riesgos. El ensilado mal compactado, la ventilación insuficiente, las filtraciones de agua o las temperaturas excesivamente altas en los silos crean un entorno propicio para el crecimiento de moho. Incluso las materias primas que parecen sanas pueden estar contaminadas de forma invisible, lo que exige análisis rigurosos.

Ciertas prácticas agrícolas también influyen en la presencia de micotoxinas, como el monocultivo, la falta de rotación de cultivos, la susceptibilidad varietal de los cultivos y los residuos de cosecha que quedan en el suelo. Estos factores deben tenerse en cuenta en un enfoque preventivo integral.

Efectos tóxicos sistémicos y sinérgicos

Las micotoxinas tienen diversos efectos perjudiciales para la salud animal, incluso en concentraciones muy bajas. Pueden alterar las funciones hepáticas, renales, inmunitarias, digestivas y reproductivas. En los rumiantes, modifican la microbiota ruminal y reducen la eficiencia alimentaria. En cerdos y aves de corral, su impacto es aún mayor, provocando retraso en el crecimiento, disminución de la fertilidad, diarrea, lesiones internas y mayor susceptibilidad a las infecciones.

El peligro de las micotoxinas no se deriva únicamente de sus efectos individuales. Numerosos estudios han puesto de manifiesto los efectos sinérgicos , lo que significa que la combinación de varias micotoxinas en un mismo alimento produce una toxicidad mayor que la suma de sus efectos individuales. Esta sinergia dificulta la evaluación de riesgos y justifica la adopción de soluciones capaces de actuar sobre múltiples toxinas simultáneamente.

En los alimentos para consumo humano, algunas micotoxinas, como la aflatoxina B1, están clasificadas como carcinógenas (Grupo 1, según la IARC), mientras que se sospecha que otras influyen en trastornos endocrinos, neurotóxicos o inmunológicos. Por ello, su presencia en la cadena alimentaria está estrictamente regulada, estableciéndose niveles máximos por la Unión Europea.

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Estrategias globales para la gestión de micotoxinas

Evitar la contaminación durante las etapas de cultivo y almacenamiento.

La prevención es la primera línea de defensa contra las micotoxinas. Comienza mucho antes de que las materias primas entren en la cadena de procesamiento. Un enfoque agrícola bien gestionado ayuda a limitar la infección de las plantas por hongos productores de toxinas.

La selección de variedades de cultivos resistentes a enfermedades fúngicas, la rotación de cultivos, el manejo de residuos de cosecha y el control eficaz de malezas son prácticas que ayudan a reducir la carga de hongos en el campo. El momento de la cosecha también es crucial: cortar demasiado tarde expone las plantas a condiciones climáticas favorables para el crecimiento de moho, mientras que cosechar demasiado pronto puede comprometer la calidad del forraje.

Una vez cosechado, la calidad del almacenamiento se convierte en un factor crucial. El forraje o grano debe almacenarse en condiciones controladas: baja humedad residual, temperatura moderada y en un ambiente libre de oxígeno para evitar la fermentación. El ensilado debe compactarse adecuadamente, sellarse herméticamente con lonas impermeables y herméticas, y revisarse periódicamente para evitar filtraciones o calentamiento localizado.

La adición de conservantes al ensilado también es una medida eficaz. Estos aditivos promueven una fermentación láctica rápida, disminuyen el pH y limitan el crecimiento de mohos. De esta manera, contribuyen a preservar el valor nutricional y a reducir el riesgo de micotoxicología.

Control de materias primas mediante análisis de laboratorio

A pesar de todas las precauciones tomadas, la contaminación por micotoxinas sigue siendo posible. Por lo tanto, una estrategia de gestión eficaz también depende de análisis rigurosos de las materias primas, los piensos compuestos e incluso los productos terminados. El objetivo es identificar los lotes de riesgo, cuantificar las toxinas presentes y adaptar las medidas correctivas en consecuencia.

El punto de partida para cualquier análisis fiable es un muestreo representativo. Dada la alta heterogeneidad de las micotoxinas en las matrices, es esencial tomar múltiples submuestras de diferentes ubicaciones dentro del lote y homogeneizarlas antes del análisis. Una escasa representatividad de la muestra puede sesgar completamente los resultados.

Existen diversos métodos analíticos. Las pruebas rápidas, como ELISA o LFT (prueba de flujo lateral), permiten realizar análisis a gran escala directamente en la fábrica. Si bien son menos sensibles, resultan útiles para clasificar lotes y, de ser necesario, solicitar análisis adicionales. Para la identificación y cuantificación precisas, la cromatografía líquida de alta resolución acoplada a espectrometría de masas (HPLC-MS/MS) sigue siendo el método de referencia. Permite la detección simultánea de múltiples micotoxinas en concentraciones muy bajas, incluso en casos de contaminación múltiple.

La frecuencia de los análisis depende del nivel de riesgo: cuanto mayor sea la probabilidad de contaminación (condiciones climáticas adversas, origen geográfico de alto riesgo, almacenamiento deficiente), mayor será el número de análisis necesarios. Este control analítico permite a los fabricantes de piensos y a los ganaderos tomar decisiones fundamentadas: clasificar lotes, retirarlos del mercado, reformular productos o añadir aditivos adsorbentes en cantidades específicas.

Absorción de micotoxinas en ovejas

Adsorción de micotoxinas: principio y mecanismos

Un mecanismo fisicoquímico de fijación

La adsorción es un fenómeno superficial en el que las moléculas, en este caso las micotoxinas, se unen física o químicamente a la superficie de un material sólido. A diferencia de la adsorción química, que implica la penetración en la estructura del material, la adsorción química se limita a una interacción superficial. Esta distinción es fundamental, ya que determina la reversibilidad del proceso y la eficacia del tratamiento.

Pueden intervenir diversos tipos de interacciones: enlaces de hidrógeno, fuerzas de Van der Waals, interacciones electrostáticas, fuerzas hidrofóbicas o apilamiento π-π. Por lo tanto, la eficiencia de adsorción depende tanto de las propiedades superficiales del adsorbente como de las características moleculares de la micotoxina (polaridad, tamaño, solubilidad).

El objetivo es capturar las micotoxinas en el tracto digestivo antes de que atraviesen la barrera intestinal. Una vez unidas, las toxinas se eliminan con las heces, sin entrar en el torrente sanguíneo. Esto protege los órganos diana (hígado, riñones, intestinos, sistema nervioso) y evita su acumulación en los tejidos o productos animales.

Adsorbentes de origen mineral, orgánico o combinado.

El mercado de adsorbentes de micotoxinas ofrece una amplia gama de productos de diversos orígenes. Entre los más utilizados se encuentran las arcillas naturales , como los aluminosilicatos, las bentonitas, las zeolitas y las esmectitas. Estos minerales poseen una gran superficie específica y una interesante capacidad de intercambio iónico para la captura de toxinas polares, como la aflatoxina B1. Sin embargo, su eficacia a veces se ve limitada frente a toxinas menos polares o de mayor tamaño, como la zearalenona (ZEA) o el deoxinivalenol (DON).

Para ampliar su espectro de acción, algunas arcillas se modifican química o térmicamente , lo que mejora sus propiedades superficiales y su compatibilidad con una gama más amplia de toxinas. Además, las paredes celulares de levadura inactivadas , ricas en β-D-glucanos y manoproteínas, también se utilizan para unir micotoxinas mediante interacciones hidrofóbicas o atrapamiento mecánico. Para caracterizar estos componentes, el análisis de polisacáridos permite evaluar su capacidad de unión en diversos contextos.

Cada vez más productos combinan estos dos tipos de componentes (minerales y orgánicos) para aprovechar las ventajas de cada uno. Ciertos aditivos funcionales, como enzimas, probióticos o extractos de plantas, también buscan potenciar el efecto protector general contra las toxinas.

Su eficacia depende del tipo de micotoxina.

No todas las micotoxinas reaccionan a la adsorción de la misma manera. Su comportamiento depende en gran medida de su estructura química. Por ejemplo, las aflatoxinas , que son pequeñas y muy polares, se adsorben fácilmente en arcillas convencionales. En cambio, las fumonisinas y la zearalenona , que son más grandes y menos polares, requieren adsorbentes más complejos o modificados para una unión eficaz.

El pH también es un factor determinante. Algunas interacciones entre las micotoxinas y los adsorbentes son reversibles y sensibles a las variaciones del pH intestinal. Por lo tanto, un adsorbente eficaz debe ser capaz de unirse a las toxinas en el entorno ácido del estómago , pero también mantener esta unión en el pH más neutro del intestino delgado , para evitar su liberación.

Por último, un buen adsorbente debe ser selectivo , es decir, no debe unirse a los nutrientes esenciales (vitaminas, oligoelementos, aminoácidos) presentes en la ración alimenticia. Esta selectividad es aún más importante cuando los adsorbentes se utilizan de forma continua a lo largo del tiempo, con dosis diarias en el alimento para animales.

Absorción de micotoxinas en vacas lecheras en pastoreo

Limitaciones y requisitos técnicos de los adsorbentes

Estabilidad y eficiencia en el entorno digestivo

Uno de los principales desafíos en la adsorción de micotoxinas radica en la estabilidad de la unión bajo las distintas condiciones del tracto gastrointestinal. El pH varía considerablemente entre el estómago (pH ácido, alrededor de 2) y el intestino delgado (pH más neutro, entre 6 y 7). Sin embargo, algunas micotoxinas pueden desprenderse del soporte adsorbente si las condiciones se vuelven desfavorables.

Por lo tanto, un adsorbente eficaz debe mantener una alta afinidad por las toxinas, independientemente de las variaciones de pH. Este criterio es esencial para prevenir la liberación de micotoxinas en el intestino, donde podrían ser absorbidas y ejercer sus efectos tóxicos. Diversos estudios han demostrado que algunos productos presentan una excelente capacidad de unión en ambientes ácidos, pero pierden eficacia a pH neutro, lo que compromete su utilidad in vivo.

Por lo tanto, la selección de un adsorbente debe incluir pruebas de estabilidad en condiciones que simulen las del tracto digestivo. Los fabricantes más rigurosos realizan ahora pruebas dinámicas en modelos digestivos, además de las tradicionales pruebas in vitro.

Especificidad de acción y ausencia de interferencia nutricional

Otro requisito fundamental para los adsorbentes es su capacidad para actuar específicamente sobre las micotoxinas sin alterar la absorción de nutrientes esenciales. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha advertido sobre los adsorbentes que no son suficientemente selectivos, ya que también pueden unirse a vitaminas, oligoelementos o fármacos veterinarios como los coccidiostáticos.

Estos sitios de unión indeseables perjudican la salud y el rendimiento animal al limitar el acceso a los micronutrientes necesarios para el crecimiento, la reproducción y la inmunidad. También pueden reducir la eficacia de los tratamientos preventivos o curativos incluidos en la ración alimenticia.

Por consiguiente, los aditivos secuestrantes de micotoxinas deben cumplir los estrictos criterios definidos en el Reglamento (CE) n.º 1831/2003 y demostrar, mediante ensayos, la ausencia de efectos negativos sobre las funciones fisiológicas y nutricionales del animal. Los productos autorizados también deben registrarse en la categoría de «aditivos tecnológicos» con la denominación de «inactivadores de micotoxinas». El análisis de betaglucanos puede ser útil para verificar su integridad funcional en las formulaciones.

Capacidad de actuar en casos de contaminación múltiple y a bajas dosis.

La realidad sobre el terreno demuestra que las materias primas rara vez están contaminadas por una sola micotoxina. La contaminación múltiple es la norma, y ​​las interacciones tóxicas amplifican los efectos biológicos. Diversos estudios han demostrado que la exposición simultánea a zearalenona, DON y fumonisinas produce marcados efectos sinérgicos en el hígado, el sistema inmunitario y la reproducción.

Por lo tanto, un adsorbente debe ser capaz de actuar eficazmente sobre un amplio espectro de micotoxinas, incluso a concentraciones muy bajas. También debe mantener su eficacia en presencia de una matriz compleja (proteínas, lípidos, fibras, minerales), como la que se encuentra en un alimento completo. Esto requiere una optimización minuciosa de su superficie activa, carga electrostática y estructura tridimensional.

Los productos más eficaces en la actualidad combinan varios componentes complementarios: arcillas activadas, paredes celulares de levadura, carbón vegetal, enzimas o extractos de plantas. Estas combinaciones buscan maximizar la cobertura manteniendo la selectividad y la seguridad.

Absorción de micotoxinas en terneros jóvenes en la ganadería bovina

Hacia un enfoque complementario: adsorción y biotransformación

Las ventajas de los productos multifuncionales

Para abordar los desafíos de la contaminación múltiple, varios fabricantes están desarrollando los denominados productos "multifuncionales", que combinan varios mecanismos de acción: adsorción, biotransformación enzimática, modulación de la microbiota y apoyo inmunológico.

Un ejemplo destacado es Vitabiocell® , un suplemento nutricional a base de levadura muerta, levadura viva y aluminosilicatos modificados. Su acción se basa tanto en la unión física de las micotoxinas mediante adsorción como en la estimulación de la inmunidad intestinal a través de la levadura. Este doble enfoque refuerza las barreras biológicas y reduce la carga tóxica absorbida.

Estos productos se integran fácilmente en las raciones de alimentación animal, ajustando las dosis según la especie (rumiantes, cerdos, aves de corral) y el nivel de riesgo. Son especialmente adecuados para explotaciones intensivas o de alta productividad, donde la prevención de problemas de rendimiento es una prioridad.

Los límites de la biodegradación microbiana

La biotransformación consiste en utilizar enzimas o microorganismos capaces de descomponer químicamente las micotoxinas en metabolitos no tóxicos. Esta estrategia está despertando un interés creciente porque va más allá de la simple unión, transformando las toxinas en compuestos inocuos.

Sin embargo, este método presenta varias limitaciones. En primer lugar, el tiempo de reacción enzimática puede ser incompatible con la velocidad de absorción de la toxina. Por ejemplo, la zearalenona se absorbe en menos de 30 minutos en cerdos, lo que reduce la eficacia de las enzimas de acción lenta. En segundo lugar, la estabilidad de los microorganismos o las enzimas en el tracto digestivo, o durante la fabricación del pienso, suele ser difícil de garantizar.

Otro punto crucial se refiere a la toxicidad de los metabolitos de degradación . No todos son necesariamente inocuos, y algunos pueden incluso presentar toxicidad residual o efectos adversos aún poco conocidos. Por lo tanto, es esencial una evaluación de seguridad rigurosa antes de su comercialización.

Por lo tanto, si bien la biotransformación es una vía prometedora, actualmente se la considera principalmente un complemento de la adsorción , más que una alternativa única. Las soluciones combinadas parecen ser las más eficaces frente al complejo riesgo de las micotoxinas.

Absorción de micotoxinas en rebaños de ovejas en pastoreo

Métodos para el análisis de micotoxinas: fiabilidad y rendimiento

Muestreo: un paso crucial

Antes de cualquier análisis, la calidad del muestreo determina la fiabilidad de los resultados. Las micotoxinas no se distribuyen de forma homogénea en los lotes de materias primas. Pueden concentrarse en ciertas áreas, lo que dificulta su detección si el muestreo se realiza de forma deficiente.

Para obtener resultados representativos, es necesario tomar varias submuestras de diferentes puntos del lote y homogeneizarlas antes del análisis. Las normas europeas (como la Directiva 2006/63/CE) regulan este paso y especifican el número de muestras, las cantidades mínimas y los instrumentos que deben utilizarse. Este paso es aún más crucial dado que las concentraciones que se buscan suelen ser muy bajas, del orden de microgramos por kilogramo.

Un muestreo deficiente puede generar falsos negativos, con el consiguiente riesgo de que lotes contaminados entren en la cadena de producción. Por otro lado, un falso positivo puede provocar retiradas innecesarias del mercado, generando pérdidas económicas. De ahí la importancia de contar con protocolos rigurosos y operarios capacitados.

Técnicas rápidas: cribado rutinario

Los métodos de análisis de micotoxinas se dividen en dos categorías principales: métodos rápidos (o de cribado) y métodos confirmatorios. Las pruebas rápidas se utilizan como método de primera línea para analizar numerosas muestras con rapidez, ya sea directamente en la fábrica o en un laboratorio de campo.

Entre estas técnicas, la ELISA (Ensayo Inmunoenzimático) es la más común. Se basa en una reacción específica antígeno-anticuerpo, que genera una señal de color proporcional a la concentración de micotoxinas. Esta prueba es sencilla, económica y permite una cuantificación relativamente precisa. Es adecuada para el monitoreo diario en las cadenas de suministro de piensos para animales.

Otra herramienta de detección, la prueba inmunocromatográfica de flujo lateral (LFT), funciona según el mismo principio que una prueba de antígenos, con lectura visual o digital. Fácil de usar, proporciona resultados en pocos minutos y resulta especialmente útil en el control rápido de mercancías entrantes.

Estos métodos, sin embargo, presentan limitaciones: pueden carecer de sensibilidad para concentraciones muy bajas y son específicos para solo una o dos micotoxinas a la vez. No permiten una caracterización detallada de contaminaciones múltiples, pero siguen siendo excelentes herramientas de preselección.

Métodos de referencia: cromatografía acoplada

Para un análisis completo, preciso y validado, los laboratorios especializados utilizan métodos de referencia basados ​​en cromatografía líquida de alta resolución (HPLC) acoplada a espectrometría de masas (MS/MS) . Esta técnica permite la identificación y cuantificación simultáneas de múltiples micotoxinas en una muestra compleja, con una sensibilidad excepcional.

El procedimiento de análisis comprende varios pasos:

  • Preparación de la muestra (molienda, tamizado, liofilización si es necesario)
  • Extracción de micotoxinas utilizando disolventes orgánicos o acuosos
  • Purificación de extractos (columna de inmunoafinidad o SPE)
  • Inyección en el sistema HPLC-MS/MS
  • Análisis e interpretación de resultados utilizando patrones de calibración

Este método ofrece alta especificidad , cuantificación precisa incluso a niveles traza y la capacidad de detectar contaminación cruzada. Sin embargo, requiere equipos costosos, técnicos cualificados y tiempos de respuesta más prolongados. Por lo tanto, se reserva para análisis confirmatorios, estudios regulatorios o casos controvertidos.

Todas estas herramientas analíticas constituyen una base esencial para la gestión razonada del riesgo de micotoxinas. Permiten la toma de decisiones informadas, el ajuste de las medidas correctivas y la demostración del cumplimiento del producto con las normas aplicables.

YesWeLab: su socio para el análisis y la gestión de micotoxinas

Una plataforma digital para centralizar las necesidades analíticas

YesWeLab ofrece a los fabricantes una plataforma online intuitiva que les permite buscar, solicitar y dar seguimiento a más de 10 000 servicios analíticos. Esta interfaz centralizada simplifica considerablemente la gestión de análisis al eliminar la comunicación dispersa por correo electrónico y teléfono. Cada usuario dispone de una cuenta personal segura donde puede gestionar sus pedidos, rastrear el envío de sus muestras y consultar los resultados en cuanto estén disponibles.

Gracias a una organización optimizada, se reducen los tiempos de ejecución y se logra una trazabilidad completa de las operaciones. Esta transparencia refuerza la capacidad de respuesta ante una posible contaminación y facilita la rápida implementación de medidas correctivas.

La plataforma está dirigida a fabricantes de piensos, cooperativas, productores agrícolas y profesionales de los sectores nutracéutico y cosmético. Permite la gestión centralizada de análisis, independientemente de la diversidad de matrices que se analicen.

Una red de laboratorios acreditados y especializados

YesWeLab colabora con más de 200 laboratorios asociados en Francia y Europa. Todos ellos son seleccionados según criterios rigurosos de calidad, experiencia técnica y cumplimiento normativo. La mayoría cuenta con la acreditación ISO 17025 o el reconocimiento de COFRAC , lo que garantiza la fiabilidad de los resultados.

Según las necesidades, las muestras pueden enviarse a laboratorios especializados en HPLC-MS/MS , inmunoensayo o biología molecular . Los sectores que abarca son numerosos:

  • Agroalimentario
  • Nutrición animal
  • Nutracéutico
  • Productos cosméticos
  • Embalaje y materiales
  • Ambiente

Este enfoque multisectorial permite a YesWeLab abordar cuestiones complejas, incluidas solicitudes que combinan varios tipos de análisis (micotoxinas + metales pesados ​​+ pesticidas, por ejemplo).

Servicios dedicados a la detección y control de micotoxinas

YesWeLab ayuda a sus clientes a detectar micotoxinas en una amplia variedad de matrices: cereales, tortas de oleaginosas, piensos, piensos compuestos, complementos alimenticios e ingredientes secos o líquidos. Estos sistemas contribuyen a la gestión de riesgos y a la seguridad del consumidor al final de la cadena de suministro. Los servicios ofrecidos incluyen:

  • Análisis rápido mediante ELISA o LFT
  • Confirmación de múltiples micotoxinas mediante HPLC-MS/MS
  • Identificación de sinergias tóxicas en casos de contaminación múltiple
  • Verificación del cumplimiento de los umbrales reglamentarios europeos (CE n.º 1881/2006)
  • Asesoramiento sobre el ajuste de la proporción o la implementación de soluciones adsorbentes

Además de los servicios analíticos, YesWeLab también ofrece apoyo regulatorio personalizado . Los expertos pueden ayudar a interpretar los resultados, definir umbrales de alerta adaptados al negocio del cliente u orientarlos hacia soluciones técnicas eficaces (aditivos adsorbentes, reformulación, retiradas de lotes).

Esta capacidad para combinar conocimientos técnicos, servicios digitales y una red de laboratorios convierte a YesWeLab en un actor esencial para cualquier empresa preocupada por controlar el riesgo de micotoxinas en su cadena de valor.

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