La vida útil de un producto alimenticio es un aspecto clave para los fabricantes del sector agroalimentario. Define el periodo durante el cual un alimento puede consumirse de forma segura, sin riesgo para la salud del consumidor ni alteración de sus cualidades organolépticas. Esta durabilidad se expresa en forma de DLC (fecha de caducidad) o DDM (fecha de caducidad), según la naturaleza del producto. Para garantizar una vida útil óptima y conforme, los fabricantes deben tener en cuenta numerosos parámetros: características microbiológicas, condiciones de almacenamiento, procesos de fabricación, tipo de envase, canal de distribución, etc.
Este artículo proporciona un análisis exhaustivo de los requisitos reglamentarios, los métodos de validación de laboratorio y las herramientas disponibles para que los profesionales controlen y extiendan la vida útil de sus productos alimenticios.
Tabla de contenido
¿Cuál es la vida útil de un producto alimenticio?
Vida útil, DLC y DDM: ¿cuáles son las diferencias?
La vida útil de un producto alimenticio corresponde al período durante el cual un alimento se mantiene apto para el consumo, conservando sus propiedades saludables (seguridad) y organolépticas (sabor, olor, textura, etc.). Este período lo establece el fabricante, teniendo en cuenta las condiciones normales de almacenamiento y uso del producto.
Dos menciones principales regulan esta duración en el etiquetado de los alimentos:
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Fecha DLC ): se aplica a altamente perecederos que pueden representar un riesgo para la salud después de cierta fecha. Se indica con la frase "Consumir preferentemente antes de..." seguida de la fecha exacta. Ejemplos: carne fresca, pescado, platos preparados refrigerados, yogures. Transcurrida esta fecha, el producto no es apto para el consumo .
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La DDM productos no perecederos que aún pueden consumirse después de la fecha indicada, aunque hayan perdido ciertas propiedades (textura, sabor). La DDB se formula como "Consumir preferentemente antes de..." . Ejemplos: galletas, pasta, conservas, chocolate.
Estas dos indicaciones son obligatorias según el reglamento INCO n°1169/2011 , que armoniza las normas de etiquetado en toda la Unión Europea.
Factores que influyen en la vida útil
La vida útil no depende únicamente de la composición del producto, sino de varios parámetros interdependientes . Estos son los principales:
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Características fisicoquímicas del producto : el pH, la actividad del agua (aw), el contenido de sal o azúcar o la presencia de aditivos antimicrobianos pueden limitar o promover el crecimiento microbiano.
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Tipo de alimento : los productos ricos en agua o proteínas (carnes, productos lácteos, platos preparados) son más sensibles a la contaminación microbiológica que los productos secos (galletas, cereales, polvos).
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Métodos de procesamiento : Ciertos procesos tecnológicos prolongan significativamente la vida útil. Por ejemplo, la pasteurización , la esterilización o el envasado al vacío reducen o eliminan los microorganismos responsables del deterioro o las toxiinfecciones.
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Envasado : El envasado desempeña un papel fundamental en la conservación de los productos. El envasado en atmósfera modificada (MAP) , por ejemplo, ralentiza el crecimiento microbiano al ajustar los gases presentes en el envase (CO₂, O₂, nitrógeno). Los materiales de envasado también deben limitar la permeabilidad al aire y a la luz.
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Condiciones de almacenamiento : La temperatura es un factor crítico. Una interrupción de la cadena de frío puede acelerar la degradación microbiana. La temperatura de almacenamiento recomendada (p. ej., ≤ 4 °C para productos refrigerados) debe respetarse estrictamente durante toda la cadena de suministro.
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Modo de uso previsto por el consumidor : el fabricante debe tener en cuenta las condiciones de uso razonablemente previsibles (por ejemplo, apertura del embalaje, recalentamiento, manipulación) al establecer la vida útil.
En resumen, la vida útil de un producto es el resultado de un complejo equilibrio entre la formulación, el procesamiento, el envasado y las condiciones de almacenamiento. No puede determinarse arbitrariamente, sino que debe basarse en estudios científicos rigurosos y en un conocimiento profundo del comportamiento microbiológico de los alimentos.

¿Cómo determinar la vida útil de un producto alimenticio?
La determinación de la vida útil de un producto alimenticio se basa en un enfoque científico regulado por la normativa. Implica la identificación de posibles peligros microbiológicos, el estudio del comportamiento de los microorganismos en el producto y la validación de su salubridad y estabilidad organoléptica en las condiciones de almacenamiento previstas. Este procedimiento es responsabilidad del fabricante, quien debe poder justificar la vida útil indicada en la etiqueta en caso de inspección.
Una obligación regulatoria para los fabricantes
Según el Reglamento (CE) n.º 178/2002 , todos los alimentos comercializados deben ser seguros para el consumidor y no ser perjudiciales para la salud humana . El Reglamento INCO n.º 1169/2011 exige la indicación de una fecha de caducidad (DLC o DDM) en los alimentos preenvasados, con la excepción de algunos productos específicos (por ejemplo, frutas y hortalizas frescas sin procesar).
Por lo tanto, el fabricante es responsable de definir, validar y verificar la vida útil de sus productos, basándose en métodos probados. Estas obligaciones se recuerdan en varios textos reglamentarios e instrucciones técnicas, entre ellos:
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Reglamento (CE) n.º 2073/2005 sobre criterios microbiológicos,
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instrucción DGAL/SDSSA/2019-861 , que detalla las recomendaciones para establecer una vida útil microbiológica confiable.
El fabricante también debe integrar este enfoque en su plan de control sanitario (PMS) , una herramienta central para el análisis de peligros y puntos críticos de control (HACCP).
Pasos para determinar la vida útil microbiológica
El proceso de determinación de la vida útil microbiológica se divide en dos etapas complementarias principales : validación inicial y luego verificación a lo largo del tiempo.
2.2.1 Paso de validación
La validación implica demostrar, mediante datos objetivos, que la vida útil definida cumple con los requisitos de seguridad alimentaria. Esta validación se basa en pruebas de laboratorio realizadas en condiciones que simulan lo más fielmente posible las prácticas industriales y domésticas .
Incluye:
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una descripción completa del producto (formulación, pH, aw, contenido de conservantes, embalaje),
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la caracterización del proceso de fabricación (esterilización, cocción, envasado aséptico, etc.),
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teniendo en cuenta el circuito de distribución y las condiciones de almacenamiento .
Se proponen recomendaciones de plan de muestreo según el tamaño de la empresa:
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Para estructuras pequeñas : 5 lotes analizados con 1 unidad monitoreada a lo largo del tiempo por lote,
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para estructuras más grandes : 3 lotes diferentes con 5 unidades analizadas por lote, lo que permite una mejor consideración de la variabilidad entre lotes .
2.2.2 Paso de verificación
La verificación tiene como objetivo confirmar con el tiempo que las vidas útiles inicialmente establecidas se mantienen vigentes. Se basa en pruebas periódicas de envejecimiento , realizadas según un plan de muestreo simplificado , y permite anticipar posibles desviaciones debidas a modificaciones en el proceso, el embalaje o las materias primas.
Este paso le permite:
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detectar un posible deterioro de la seguridad microbiológica ,
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ajustar la vida útil si es necesario,
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Proporcionar evidencia documentada en caso de una inspección.
También es esencial garantizar la fiabilidad de la vida útil en el caso de productos agrupados en categorías homogéneas , sobre las que la validación se realiza sobre un único representante.
Herramientas y métodos de análisis de laboratorio
Se utilizan diversas herramientas analíticas para demostrar la estabilidad microbiológica de un producto a lo largo del tiempo. Estas pruebas deben realizarse con una metodología rigurosa y en condiciones representativas de las prácticas reales.
2.3.1 La prueba de envejecimiento
La prueba de envejecimiento consiste en almacenar productos en condiciones controladas (temperatura y humedad) durante toda su vida útil, y posteriormente tomar muestras a intervalos regulares para analizar la evolución de la flora microbiana. Esto permite evaluar el crecimiento, la estabilidad o la disminución de microorganismos presentes de forma natural o introducidos experimentalmente.
Esta prueba es particularmente útil para:
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verificar el cumplimiento del Reglamento CE n.º 2073/2005 sobre criterios microbiológicos,
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validar o ajustar el DLC de un producto sensible (por ejemplo: producto fresco, listo para consumir),
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demostrar el control del crecimiento de patógenos como Listeria monocytogenes .
2.3.2 La prueba de crecimiento
La prueba de crecimiento consiste en inocular deliberadamente un microorganismo objetivo en el producto (p. ej., Listeria monocytogenes , Salmonella spp. ) en concentraciones definidas y luego observar su evolución a lo largo del tiempo. Esta prueba se recomienda cuando:
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el microorganismo es difícil de detectar rutinariamente (baja prevalencia),
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Las características fisicoquímicas del producto están cercanas al umbral de crecimiento.
Ayuda a responder la pregunta: ¿el producto promueve el crecimiento de un patógeno o no en las condiciones de almacenamiento previstas?
2.3.3 Microbiología predictiva
La microbiología predictiva se basa en el uso de modelos matemáticos para predecir el comportamiento de los microorganismos en función de los parámetros del producto (pH, aw, temperatura, tiempo de almacenamiento). Permite simular diferentes escenarios de contaminación y almacenamiento, y reduce los requisitos experimentales.
Esta herramienta es particularmente útil:
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en la fase de desarrollo del producto,
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para completar las pruebas prácticas,
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para reforzar la solidez de las justificaciones durante los controles.
El uso combinado de estos métodos proporciona una validación confiable, científica y documentada de la vida útil microbiológica, de conformidad con los requisitos reglamentarios.
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¿Cuál es la vida útil de un producto? Una evaluación caso por caso.
La vida útil de un producto alimenticio no puede estandarizarse ni generalizarse: depende de un conjunto de factores específicos de cada producto, su entorno y sus hábitos de consumo. Aunque ciertas familias de productos comparten características comunes, su vida útil siempre debe determinarse rigurosamente, basándose en datos experimentales y un análisis detallado de su comportamiento microbiológico y fisicoquímico.
No hay una duración única: las duraciones varían mucho según los productos
No existe una matriz única ni universal para asociar un tipo de producto con una vida útil fija. Por ejemplo:
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La carne cortada en atmósfera refrigerada puede tener una vida útil de 5 a 8 días,
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Un producto lácteo pasteurizado , como el yogur, puede tener una vida útil de 15 a 30 días.
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Un plato cocinado esterilizado puede tener una fecha de caducidad de varios meses a temperatura ambiente,
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Una botella de aceite vegetal puede tener una fecha de caducidad de hasta 18 meses.
Estas diferencias se explican por la combinación de varios parámetros:
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la carga microbiana inicial,
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la estabilidad fisicoquímica del producto,
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el nivel de tratamiento térmico o transformación,
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la presencia de aditivos conservantes o ingredientes de riesgo,
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el tipo de embalaje y su permeabilidad,
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las condiciones de almacenamiento previstas.
Un ácido o con bajo contenido de agua , como el zumo de limón concentrado o una galleta seca, tendrá una vida útil naturalmente larga. Por el contrario, un producto rico en agua y nutrientes (como el puré de verduras refrigerado) representa un caldo de cultivo fértil para el crecimiento microbiano, lo que requiere una vida útil corta y una supervisión estricta.
La importancia de la tipología del producto y de los lotes representativos
Para optimizar la gestión de la vida útil, la instrucción técnica DGAL/SDSSA/2019-861 recomienda un enfoque basado en categorías de productos homogéneos . Esto implica agrupar productos similares desde el punto de vista microbiológico, tecnológico y de condiciones de almacenamiento.
Por ejemplo, una empresa que elabora varias recetas de sopas frescas refrigeradas (de verduras, pollo o pescado) puede, bajo ciertas condiciones, clasificarlas como pertenecientes a la misma categoría homogénea. La validación de la vida útil puede entonces realizarse en un producto representativo de esta categoría. Esto permite optimizar los estudios, respetando al mismo tiempo los requisitos sanitarios.
Sin embargo, este enfoque supone que:
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Los productos tienen una composición y un perfil fisicoquímico similares,
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Los procesos de fabricación son estrictamente idénticos,
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Las temperaturas de embalaje y almacenamiento son comparables.
La verificación periódica sigue siendo obligatoria en todos los productos de la categoría, con el fin de garantizar que la vida útil definida siga siendo válida en el tiempo.
Además, es crucial considerar la variabilidad entre lotes al tomar muestras. Incluso un producto estable puede presentar variaciones en el comportamiento microbiológico entre diferentes lotes de producción. Por ello, la instrucción técnica recomienda analizar múltiples lotes y unidades representativas para una validación fiable.
Una duración que se adaptará al circuito de distribución
La vida útil de un producto también debe tener en cuenta su método de distribución y las prácticas de los usuarios finales. Los requisitos variarán según si el producto está destinado a:
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distribución a gran para el consumo del público en general,
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restauración colectiva con gestión de stocks y recalentamiento específico,
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una empresa de alimentos (BtoB) que integra el ingrediente en otro producto.
En el caso de productos destinados a comunidades, una fecha de caducidad (DCE) puede ser más relevante que una fecha de consumo preferente, porque establece un límite estricto más allá del cual el producto ya no debe utilizarse.
Para los productos envasados en varias porciones (por ejemplo, envases individuales en un paquete), se puede definir una vida útil secundaria (SSL) después de abrir el envase, con el fin de garantizar la máxima seguridad en su uso.
Finalmente, razonablemente previsibles en el distribuidor, el transportista y el consumidor. Un producto sensible destinado a un circuito a temperatura ambiente, sin cadena de frío, requerirá un estudio específico y posiblemente una vida útil más corta para compensar las variaciones térmicas.
Por lo tanto, la vida útil de un producto es un factor dinámico que depende no solo de sus características, sino también del entorno en el que opera. Por lo tanto, su determinación se basa en un enfoque científico riguroso, contextualizado y actualizado a lo largo del tiempo.

YesWeLab, su socio para validar la vida útil de sus productos
Controlar la vida útil de un producto alimenticio requiere no solo conocimientos científicos, sino también medios analíticos avanzados y un profundo conocimiento de los requisitos regulatorios. En este contexto, YesWeLab ofrece apoyo personalizado a los fabricantes, a través de una red de más de 200 laboratorios asociados en Francia y Europa. Gracias a una plataforma digital de alto rendimiento y un enfoque centrado en el cumplimiento normativo y la seguridad, YesWeLab facilita la implementación de estudios fiables y reconocidos para validar la vida útil microbiológica y organoléptica de los productos alimenticios.
Una red de laboratorios especializados para pruebas de vida útil
YesWeLab colabora con laboratorios acreditados por COFRAC que cumplen con la norma ISO 17025 para realizar los análisis necesarios para determinar la vida útil. Estos análisis incluyen:
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pruebas de envejecimiento realizadas en condiciones controladas,
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pruebas de crecimiento en microorganismos objetivo como Listeria monocytogenes o Salmonella spp. ,
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microbiología predictiva para anticipar el comportamiento de los gérmenes en función de las características del producto (pH, aw, conservantes),
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análisis fisicoquímicos (medición de pH, actividad del agua, contenido de sal, etc.),
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pruebas organolépticas para evaluar la estabilidad de la textura, el olor o el sabor.
YesWeLab centraliza todas estas necesidades analíticas a través de un único punto de contacto, ofreciendo una logística de muestras optimizada y una trazabilidad completa de los datos.
Servicios adaptados a cada sector agroalimentario
Los expertos de YesWeLab trabajan con clientes de diversos sectores de la industria alimentaria, cada uno con necesidades específicas de vida útil:
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Productos lácteos : validación de DLC cortos en yogures, quesos frescos o cremas,
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Productos cárnicos y charcutería : pruebas de envejecimiento al vacío o en atmósfera modificada,
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Productos vegetales y platos preparados : estudios multicriterio sobre productos sensibles a temperaturas positivas,
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Bebidas : validación de DDM en zumos de frutas, bebidas fermentadas o energéticas,
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Panadería-pastelería : pruebas en productos blandos con riesgo de moho.
YesWeLab también puede trabajar en productos para usos específicos como ingredientes intermedios, productos para comunidades o alimentos para poblaciones sensibles (bebés, personas mayores).
Una plataforma digital para una gestión simplificada y rápida
La plataforma YesWeLab se diseñó para optimizar la experiencia del usuario en la gestión de análisis de laboratorio. Gracias a esta herramienta digital segura, los fabricantes pueden:
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buscar y ordenar sus análisis en línea entre más de 10.000 servicios disponibles,
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realizar un seguimiento del progreso de las pruebas en tiempo real,
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centralizar los resultados del análisis en una única área de cliente,
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archivar datos para facilitar auditorías y procedimientos de calidad,
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Comuníquese directamente con un experto dedicado para cualquier pregunta técnica o regulatoria.
Este enfoque integrado reduce significativamente los tiempos de procesamiento , al tiempo que garantiza la calidad, confiabilidad y cumplimiento de los servicios.