Este escándalo comenzó en septiembre de 2020 cuando se detectó un pesticida cancerígeno prohibido en ciertos productos alimenticios importados a Europa, como el sésamo. Desde entonces, en Francia se ha aplicado el principio de precaución. Las autoridades sanitarias han retirado del mercado más de 6200 productos alimenticios. Desde el sésamo hasta el helado, pasando por la pimienta, el jengibre, las chalotas e incluso el café, es probable que todos estos productos hayan sido tratados ilegalmente con óxido de etileno.
¿Qué es el óxido de etileno?
Para empezar, es importante presentar la sustancia química que causó esta crisis. El óxido de etileno se utiliza como desinfectante para prevenir el moho y reducir el riesgo de salmonela en los productos transportados.
Este gas extremadamente inflamable y tóxico está prohibido en Europa. Según el Instituto Nacional de Investigación y Seguridad de Francia, puede causar cáncer y provocar anomalías genéticas.
El INRS también especifica que esta sustancia química, sujeta a la normativa sobre plaguicidas, causa irritación cutánea, irritación ocular grave y puede irritar las vías respiratorias. Según la ANSES, el óxido de etileno presenta riesgos para la salud sin umbral de dosis, lo que significa que incluso a niveles de exposición muy bajos, puede ser peligroso.
¿El origen de este problema?
Las cuestiones de seguridad alimentaria están muy a menudo vinculadas a la trazabilidad.
De hecho, las empresas del sector tienen obligaciones muy estrictas en cuanto a protocolos de trazabilidad que permiten rastrear el recorrido de los productos alimenticios en caso de problema.
La trazabilidad de los alimentos tiene como objetivo:
– Proporcionar más información alimentaria a los consumidores
– Identificar los riesgos de intoxicación alimentaria
– Facilitar la retirada de productos alimenticios
– Identificar las causas de un problema rastreando la cadena alimentaria
En relación con la crisis del óxido de etileno, ya en 2017 se habían identificado problemas de trazabilidad.
De hecho, los investigadores de la Comisión Europea hicieron la siguiente observación: "El sistema actual no permite verificar, debido a la falta de trazabilidad de las explotaciones, que las semillas de sésamo se producen en condiciones que respetan las disposiciones generales de higiene para la producción".
Al comienzo de esta crisis, el pasado mes de octubre, solo siete laboratorios en Europa podían controlar los niveles de óxido de etileno en los productos alimenticios.
De hecho, según muchos operadores, las pruebas realizadas para detectar pesticidas en los alimentos no incluían el óxido de etileno.
Desde octubre de 2020, la Comisión Europea exige la inspección del 50 % de los lotes de sésamo que entran en Europa, mientras que Francia ha decidido inspeccionar el 100 % de los lotes que llegan a los controles fronterizos. Desde que estalló el escándalo, todos los laboratorios se han visto desbordados por las solicitudes.
Ahora que la legislación sobre el óxido de etileno es muy estricta y está estrechamente vigilada, resulta imprescindible que las empresas controlen este riesgo y vigilen los productos que puedan contener trazas de este pesticida (harina, panes especiales, aceite, platos preparados, etc.).
La red de socios científicos de YesWeLab incluye alrededor de un centenar de laboratorios con experiencia en la investigación de contaminantes químicos capaces de realizar esta prueba.
Apoyamos a los profesionales de la industria alimentaria en la búsqueda del socio científico que mejor se adapte a sus necesidades.